Cuando la solidaridad
no hace más que
flotar en el aire.
Cuando las arterias
se abren a sólo
recibir por toneladas.
Cuando las emociones
se diluyen entre
lágrimas y sondrisas
complementarias.
Queda el silencio
de la voz insuficiente,
los discursos gastados,
y el brillar de la mirada
con fe en lo humano,
con certeza en el futuro,
para de alguna manera
romper la coraza del ser
que anhela vomitarse
agradecido.
foto jocha de David Guzmán Figueroa
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