foto jocha de: David Guzmán Figueroa
Esta es una foto de de otros tiempos,
pero que me permite expresar de alguna
forma el sin sentido vivido hace pocos días...
Quito Azul,
a través de paredes blancas,
de comunales camas,
de cabezas rapadas,
de cielos rasgados
con pinceles de nubes.
Quito Amarillo,
con ventanales bañados de sol,
con calores y vahos de rocío,
con hojas coquetas al viento
y lagañas de sueros, vías,
ternuras de termómetro.
Quito Gris,
en la anarquía insensata
de rebeliones disfrazadas
de prebendas,
de cielos tristes, melancólicos
con la ‘carita de dios’ agrietada.
Quito Rojo,
de faenas entre humanos,
de latidos exaltados,
de pirotecnia perjura,
en medio de dos hospitales
abarrotados de soledades.
Quito Negro,
sin ruidos ciudadanos,
sin matices, sin texturas.
Con urgencias fantasmales,
ronquidos, toses y noctámbulos
y sólo 2 estrellas en lo alto.
Quito Blanco,
sin explicaciones,
sin entendimientos,
sin diálogo o manifiestos,
sin culpables pero con víctimas,
desmayado en su vergüenza.
Mirar la salud
a través de los cristales,
vivir la enfermedad
en las salas de los hospitales
¿Cómo se logra el
anhelado salto dialéctico?
Escuchar el caos,
desde el delirio convaleciente,
ser parte de la historia,
desde el conteo de ambulancias.
¿Cómo se vuelve al
sentido lo inasible?
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