viernes, 17 de septiembre de 2010

cantautor del siglo XXI




"Si alguien que me escucha se viera retratado,
sépase que se hace con ese destino....
Buenas noches, amigos y enemigos". S.R.










Quedaron atrás los años
de guitarras desgarradas
las vestiduras.
Fueron ya las filas organizadas
de militantes fans
lastimeros y protestantes.
… la dictadura, la guerra, el dolor...
-aún presentes-
se visten hoy de democracias
anti-terrorismo, telenovelas.

Al trovador, hoy,
le toca cambiar la estrategia,
la pose y la envoltura.
Hoy el cantautor,
se vuelve globalizado.
Habla de los noticieros rosa,
del chisme del mercado,
de la farra de anteanoche,
de la muerte en la esquina.
Sólo el amor quedó intacto
de este cruce trasatlántico,
pues con I Pod, Facebook
e inspectores privados,
todavía se muere,
vive y sufre por amor.

Los gobiernos podrían
dejarse de miedos,
las autoridades
de precauciones,
los ministerios
de apoyos invisibles
y delimitados.
La canción hoy
no tumba gobiernos,
dice aún verdades,
pero se ha volcado
a temas menos oficiales.

El cantautor del siglo XXI
es más un ser humano cualquiera,
que un militante, terrosista
o relajoso revolucionario.
El cantautor del siglo XXI
hoy habla de ti, de mí,
de nosotros y de ellos.
Al pie de la cama,
durante el desayuno,
mirando llover en la calle.

Públicos liberales,
de derecha,
o enemigos acérrimos
de tintes rojos o
siquiera zurdos,
También podrían
ver al pobre trovador,
enfrentarlo y encontrarse
sin miedo a contaminarse.

El cantautor del siglo XXI
ríe en el escenario, hace bromas,
usa efectos especiales:
burbujas, luces,
sonidos espaciales.
Usa estrategias del marketing,
Para vender su canto honesto,
Usa la interactividad de la web,
para crear una tonada en red social.

Con la piratería
de socio estratégico,
se pinta una sondrisa,
pero aún difunde los imposibles,
transgrede y denuncia.
Anhela cabellos azabache,
ojos de mar, espaldas,
sexo impúdico, carnal,
supraterreno.
Para que veas que
-sencillamente-
este canto a mí mismo,
al decir yo soy, dice
vos también eres.

…Whitman, trovador 2.0…