domingo, 21 de diciembre de 2008

dE bOcA eN bOcA...

lady in red

foto jocha de: David Guzmán - http://desdelpupo.blogspot.com

Boca que se entrega
a todos los rostros que ama.
Boca como esperpento para
deglutir palabras de aliento,
salivas enconfitadas,
carnes acorazonadas.
Labios que generan placenteros
cánticos de ultratumba,
traición de carnes,
fidelidad de sentimientos.

Boca selladora de
sentencias de muerte,
boca cosecha de
alegorías a la vida,
boca cual semen fecundo,
nutriéndosede
noches instantáneas,
de horas de ficción,
de letras improvisadas.

Boca recortadade películas treintañeras,
del Cinema Paradiso,
del acento francés,
encuentros prohibidos
y un rabo de luna.

Boca piernas abiertas
de deseo…
Y por eso
de boca en boca,
ansía un poco de
esmero,
cada vez que
entra y sale
a un nuevo
boulevard.

viernes, 12 de diciembre de 2008

manos - capítulo final

manos y vasija barro
foto por luciérnaga

12

Éramos tres. Los dos vigilaban y yo me dediqué a pintar. A las 2:45 el trabajo estaba terminado cuando oí un par de disparos, luego silencio.

Empecé a correr, pero había olvidado firmar, eso es imperdonable para un artista. Metí ambas manos en el tarro de pintura y las coloqué de palmas en la parte inferior izquierda de la pared.

Un haz luminoso me cegó por unos segundos, seguidos de un ardor profundo en las muñecas. Cayeron como empanadas, una después de la otra y la sangre empezó a fluir.

No podía levantar mi cabeza, solo vi un par de botas negras y una voz ronca que me injuriaba, vandagloriándose por el ascenso que tendría por haberme atrapado. Otro par de pasos se acercaba, un ¡te pasaste de la raya!, un golpe seco y el par de botas cayeron a mi lado. En ese momento supe quien me había atacado.

Alguien me levantó y llevó a un auto. Me apreté las llagas contra el pecho para evitar la hemorragia y me desvanecí. Nunca vi su rostro, pero escuché claramente cuando me ordenó callar lo sucedido si quería seguir con vida y que me olvidará de todas estas estupideces.

Ahora me entiendes, sabes porqué no te busqué. Tú no me extrañabas a mí, como lo dijiste en esa carta que recibí unos días antes, eso lo supe desde el mismo día en que tu mano rozó mi palma al regalarme tus carboncillos.

Las amabas a ellas, las deseabas a ellas, no a mí. Me arrepiento de haberlas perdido. Ese no era mideseo, no fue una causa justa. Pues al levantarme de la cama del hospital, descubrí que mi país sigue siendo una mierda, que para el mundo mis manos solo sirvieron para hacer ‘justicia divina’.

Ellas, que tenían vida propia y hacían lo que querían contigo, encontrando siempre el lugar exacto, en la tercera costilla derecha, que te hacía elevar hasta el punto donde me amabas de esa manera.

No sé si ahora te sirvan de mucho, sé que las tienen congeladas en la morgue, esperando que su dueño vaya y las recobre. No nos hagamos los tontos, siempre te pertenecieron.


FIN

miércoles, 10 de diciembre de 2008

manos - capítulo 11


11
Por fin se levantó, dice la enfermera que enseguida me ayuda a ponerme las zapatillas. Dice no entender cómo pudieron hacerme esto, que es una salvajada. Le indico con mis ojos el jarro de agua del velador, ella entiende el mensaje y me da de beber.

Cepilla mis cabellos. Mientras me hace una cola, me recomienda ir a la Policía a denunciar el siniestro. Se me escapa una risita. Me hace una última revisión, todo está bien, dice que puedo irme cuando quiera. Recuerda dejar la puerta abierta al salir.

Atravieso el corredor hacia la salida, ahora entiendo por qué me miraban como bicho, la sangre se nota más en las ropas blancas. Llego al portal de cristal y lo abro empujando con mi codo, ahora imprescindible. Ya fuera veo al Pichincha lleno de lucecitas, ya es de noche.

Camino varias cuadras, intento llegar a casa. Un almacén de electrodomésticos está aún abierto, mucha gente se detiene en el escaparate y ve a los televisores. Es el noticiero de las ocho, hablan del acto vandálico de la noche anterior. El periodista que está en el Palacio de Gobierno, describe con ayuda de la cámara el grotesco dibujo realizado en las paredes antes blancas. También habla de un gran charco de sangre a su lado, no se sabe nada del asunto. Aunque hay quienes afirman que había dos cuerpos tirados en la calle, a solo unos pasos de allí, pero desaparecieron.

La Policía dice que no llegó a tiempo para saber quiénes eran y atraparlos, que no vieron ni escucharon nada. Sobre la sangre y los supuestos cuerpos, suponen fue una lucha entre pandillas en la que nada tuvieron que ver.

Van a regresar a estudios centrales pero, noticia de última hora. Acaban de encontrar un par de manos, sí, aunque no lo crean, dice el periodista, un par de manos, aparentemente de mujer, arrojadas a 50 metros del lugar de los hechos. Parecerían ser las manos que firmaron en cada pared que fue pintada, puede que las hayan cortado con una espada. Los miembros, ahora inertes, se muestran en medio de la hierba de palmas, como suplicantes. Están untadas de pintura negra.

La Policía obliga al camarógrafo a cortar la tansmisión, se ven preocupados. Justicia divina, menciona alguien en la multitud. Meto mis brazos debajo de la chompa y continúo mi recorrido.


... y continúa...

lunes, 8 de diciembre de 2008

cuento de hadas en Mindo

El despertar mágico desde la casa-árbol...
vista desde casa-arbol
foto por luciérnaga

me atrapó por el camino donde los duendes toman el sol,
duendes tomando el sol
foto por luciérnaga

donde el hada guardiana del río
hada guardiana del río
foto por luciérnaga

permite a unos pocos buscar respuestas en sus aguas,
buscando respuestas
foto por luciérnaga

disfrutar monólogos simultáneos para al fin....
monólogos simultáneos
foto por luciérnaga

descubrir el amor del agua.
agua-amor
foto por luciérnaga

manos - capítulo 10

Veo una silueta que se dibuja entre las sombras. Y son uno, dos, tres, cinco tentáculos de medusa que nadan, flotan, materializan y se fijan en los surcos de tu espalda, sobre tu ropa. A veces vestidas de negro, a veces desnudas, pero siempre te buscan.

Son manos, manos que necesitan tus manos, tus dedos. Manos que escriben para sentirse todavía vivas, a pesar de tu ausencia. Manos que tienen todavía dedos, uñas, sangre circulando en su interior y tal vez también una misión, crear.

Inventar en cada rasguño, en cada pedrada, en cada pincelada, en cada caricia, extraños universos de palabras hechas imagen. Formas nuevas y discretas de decirte te amo o te odio. Lugares recónditos en mi vientre donde por fin atraparte, asfixiarte en el compartir de alientos.

Manos para enlazar otras manos, aunque no sean las tuyas, solo para poder sentir por un corto instante la energía del apretón. Manos para construir. Manos lavadas en agua de río o con sangre, pero siempre limpias. Manos de cocinera, de albañil o de borracho, pero siempre productivas. Manos blancas, morenas, amarillas, rojas, azules, pero siempre humanas aunque no todas decentes.

Manos que existen solo en ti, que trabajan por la justicia, hasta cuando están bajo tu cremallera. Manos que te pertenecen antes de yo haber nacido y que te amarán aún cuando ellas me abandonen, porque te pertenecen.

O tal vez, manos para seguir mostrando las líneas de mi palma y encontrar en ellas, mi destino de pared blanca y al fin, manos que te escriben otra carta y tratan de hallarte en este ciberespacio de recuerdos abandonados.

... y continúa

jueves, 4 de diciembre de 2008

manos capítulo 9


manos-rojodiluido
foto por luciérnaga

9
La falta de amor, la desocupación, me motivaron a involucrarme en las causas justas para no perder la razón del ser.

El nuevo profe, era un miembro activo de la JPR. Pronto me convenció de que mis dibujos eran el reflejo de la sociedad falsa y capitalista en que vivimos. Patricio descubrió que mis trazos no eran tan sin sentido, como el resto opinaba, dijo que ellos podrían ayudar a muchos a quitarse las vendas, que debería compartir mi talento y ayudar al cambio.

Empecé a asistir a sus reuniones. Mis manos estrecharon otros ideales y otra realidad desde entonces. El escucharlos me convenció de que la palabra revolución no estaba tan fuera de contexto y empecé a actuar.

Participamos en varias marchas y protestas. El olor a gas y los disparos, me enseñaron otros usos para mis manos que ahora disfrutaban arrojando piedras y haciendo señales obscenas en contra de la masculinidad de nuestros agresores vestidos de ley. Descubrí el significado de la fraternidad con taxistas, indios y buseteros que nos protegían cuando la cosa se puso dura.

Pero la sangre de mis lienzos, pronto se tornó a los cuerpos de mi gente, a las llagas que les dejaban las balas o garrotes perdidos de los chapas en las calles. Yo, que siempre creí en la idea modernista del arte por el arte, ante la impotencia de la injusticia y los abusos que sufrimos por defender la vida, el derecho a una vida digna, convertí mi arte, en arte para el pueblo y en contra del tirano.

Silvio, Buarque, Mercedes Sosa, Jaime Guevara, entre otros, acompañaban mis noches y madrugadas, mientras con mis dedos atacaba al papel, escribiendo o dibujando, o mientras hacía el amor con Patricio en nombre de la revolución. No me enamoré de él, fuiste el único que lo logró, pero lo quería y admiraba profundamente como mi mentor que fue.

Su muerte ‘accidental’ en el paro indígena del parque El Arbolito, así como de otros amigos desaparecidos, despetaron en mí una idea fija. No tardamos más que dos días en prepararlo todo.

Durante un mes completo, con aerosoles en mano, la JPR, representada en esta ocasión por todos sus miembros, asaltó durante las noches las paredes de la ciudad capitalina, para que fueran ellas quienes gritaran a través del graffitti o el dibujo, el dolor de nuestros pechos por el asesinato de tantos que solo usaban su derecho de libre expresión.

Pronto, la plaza de toros, iglesias del centro, centros comerciales, universidades privadas y muchos otros lugares de la misma índole llevaban nuestra huella.

Los medios, la ciudadanía y el Gobierno, se conmocionaban día tras día con la aparición de una nueva verdad. Sabían quienes éramos, pero al mismo tiempo no. Eso es lo bueno del anonimato, de la antipopularidad, te dan oportunidad de ser simplemente un buen fantasma.

Nunca aparecí en TV, no conocían mi rostro. Tenía tanto miedo de que me reconocieras y no entendieras lo que hacía allí, sería imposible me relacionaras. Una noche completa de insomnio fue suficiente para saber cuál sería la jugada final. Vestiría de blanco.

lunes, 1 de diciembre de 2008

manos capítulo 7 y 8

manos rojo
foto por luciérnaga

7
Nunca te importó mi indiferencia y mi traición. Te preocupaba más el actuar bien la tuya.

Dentro de todas las materias que recibí durante los dos años que estuve en la Academia, aparte de tu clase, las de canto eran de mis favoritas. Mi voz no era extraordinaria, pero era una mezzosoprano bastante afinada.

Decidí entonces participar en un coro, haciendo de segunda voz para un evento intercantonal en beneficio de los ancianos. Te pareció bien, aunque no nos veríamos mucho porque los ensayos eran después de clases. A veces te quedabas para escuchar los ensayos mientras calificabas trabajos, pero luego te aburriste. Ya ni te conté que me habían dado un solo en el que hablaba de un viejo escultor de cabellos plateados que trabajaba con estiércol... pero ya no importaba.

Mi parte en el coro estaba tan bien, que me dieron permiso para faltar el jueves. No te lo dije, era una sorpresa, se supone que deben ser así, al menos eso sabía yo.

Tocó la campana de final de clase. Tú te quedaste como siempre arreglando tu desordenado maletín. Estabas tan metido en tu rectángulo de cuero que no notaste que me había quedado en mi pupitre admirándote y yo no noté que alguien más lo hacia desde la puerta.

Cerraste la tapa y por fin me notaste. Nos mirábamos fijamente. Te estoy esperando, dijo la voz de la licenciada de Diagramación. Me quedé helada y tú ni se diga. Hasta mañana señorita Gómez. Habías tomado tu decisión, la arruga sobre tu ceja desapareció y cuando te besó en los labios, yo tomé la mía.


8
La vida siguió. Nunca más volvimos a hablar, mi orgullo no me permitiría aguantar el papel de mártir y tú sabías que no daría marcha atrás. No te vi más con ella, pero me enteré que ella te odiaba por haberla utilizado y abandonado al siguiente día.

Mi noviazgo con Manuel duró seis meses en los que él aprendió mucho y yo disfruté poco. Su inexperiencia, su inocencia, su entrega y devoción total, terminaron por hartarme. Decirle adiós fue difícil, cuando no lo vi al siguiente semestre, entendí que lo herí en verdad. Tampoco estabas, tu reemplazo nos contó sobre tu traslado.

Hoy reconozco que tuve en él todo aquello que te pedí a ti y no quisiste darme, a través de mis preguntas tontas en la cama y con mis manos, siempre con ellas, que no te fueron suficientes para serme fiel o por lo menos sincero. A ellas las extrañarás, tanto como.

Me pica la oreja. Me ayudo con el hombro a pasar la picazón, ¿cómo me rascaré cuando me pique la nuca?

El médico regresa y me explica que en el Patronato ya no se puede hacer más. Que si estoy afiliada al Seguro, podría ir al hospital, que con suerte allí me atenderán mejor y verán alguna solución para mi situación. Que necesitan la cama para otros pacientes, que si quiero pueden llamar a algún familiar para que me ayude con el traslado.

No respondo. Se va gritándome que soy una estúpida o tal vez una sorda y azota la puerta. Me deslizo al filo de la cama con ayuda del tronco y la nalga. Saco los pies en medias debajo de la sábana y los asiento en el piso frío. Con los codos como eje de apoyo me logro incorporar. La sábana cae al suelo. Estoy llena de sangre.

... y continúa