
foto por luciérnaga
El olor a café de chuspa y empanadas,
me trajeron una deuda, un soneto en La Ronda.
Trovadores de sereno, guambras de rayuela.
con vino hervido, chicha y mermeladas.
Unas biografías enterradas de antaño,
lagarteros de quinteto, taitas pendejadas,
las aguateras, sobadores y hojalatas,
los abuelos, todos, construyen el estrecho recoveco.
La guarida de artistas locos y bohemios,
como Carrera Andrade, Huguito Alemán,
negras malas, guitarras viejas, chullas quiteños.
Bajo la luna llena a ritmo de un sanjuán,
le digo adiós a La Ronda en un soneto,
a sus seres de encuentros, reencuentros y despedidas.
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