miércoles, 30 de julio de 2008

mecenas de lluvia

Para 'mijolindo' y los otros locos poetas de la canción,
por una semana para reivindicar la esperanza en los sueños...
Y para aquellos locos que acolitamos a éstos en su misión.



trovador
Foto por: luciérnaga

En tiempos de realidades virtuales,
mercados globalizados y bisturí a domicilio,
los antiguos oficios arte-sanos,
de solidaridad compartida, yacen muertos.
solo Natura que en huelga permanente
se niega a adaptarse y conformarse.
Misionera, se reparte sin poses,
meretriz, se abre entre montañas,
maga, aparece cuando le da la gana
mecenas, favoreces al trovador
en su canto de esquina, de penal,
de trinchera y ruiseñor.

Tu purificante baño andino,
ritual de cascada de cielo cotidiano,
mantiene en estos cuasi-artistas
los derechos compartidos,
la piratería como institución,
los bolsillos llenos de panas,
vacíos de plata.
Promotora de conciertos clandestinos,
con marketing de perifoneo,
auspicio de pan en casa prestada.

Tus nubes, vientos y gotas invocan
composiciones que llegan
como epístolas de desamor,
como diarios personales,
como citas psiquiátricas,
de los malestares de nuestra cultura,
de la patria chica y grande,
siempre y nunca
de uno mismo.

Tu percusión, tu llanto contra
veredas, techos y valles inspiran
canciones sabor a maíz,
a manzana verde,
a leña y carbón,
a conejo de luna llena.
Corean versos sobre desnudez,
sobre urgencias de un
otro igual que acompañe
a abrigar el viejo colchón.

Tu pintoresca coloración,
tiñe de vivaces reflejos
a las plazas atardeciendo.
En una celebración de lo cotidiano,
de acordes felices de dulce galleta,
de tristes pasillos de maracuyá,
para mujeres musas, brujas,
-escaramuzas-
Mujeres violetas, verdes,
pardas pero siempre claras.

…Eres ‘mala compañía’ de tabacos,
tragos, vuelos, cafés e insomnios…

Lluvia que desde el pupo del mundo
acoges a seres caminantes,
juglares urbanos,
predicadores de la irreverencia,
excéntricos de la normalidad,
simples y vitales seres humanos.
Tu fina garúa les besa sabor a queso,
les abraza fría con páramo y deja
una chamiza con guitarras mojadas
-pero llenas de ganas-
y un rinconcito de quiteñidad bohemia.
Para seguir con las complicidades,
los cantos de vida,
los amaneceres de hermandad,
y su fe en las estrellas,
como única alforja de recorrido
en una América multicolor.

Lluvia junto al sol,
te vuelves mariposa de color
para el gris trovador.

Julio 28, 2008.

No hay comentarios: