sábado, 2 de agosto de 2008

El retorno definitivo de la niña de las medias violeta

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Foto jocha de Frin

"Una luna que con las mareas...
se convirtió en cometa"

Luciérnaga

Llevaba semanas, meses, años quizá encerrada en el frasco de galletas de la alacena. Ni el señor O, ni la inquilina de la casa, notaron su ausencia. Allí pudo de a poco, recuperarse del banquete del cual fue plato principal.

Había terminado hasta con las migas de las galletas de avena con pasas, sus favoritas; se lamió toda la crema de las de chocolate; les mordió todos los bordes a las de coco. Cansada, incómoda y un tanto ciega por la falta de luz, la niña y sus medias violeta salieron gateando nuevamente a la vida del mundo exterior.

Estiró sus largas y ahora hormigueantes piernas, abrió bien despacito sus ojazos de capulí y pronto al reencontrarse y re-sentirse en las maravillas del O2, el cielo azulito y la tierra renegrita, sus dientes chuecos volvieron a brillar…

La casa-caracol estaba sola. Su dueña, últimamente, andaba muy ocupada, con responsabilidades y ocupaciones de a gratis. Harto polvo y seres multipatas merodeaban los curiosos pasos de la niña que con dedos, ojos, orejas, labios, tomaba objetos y les inventaba nombres que solo ella entendía.

Al final de su caminata, llegó a la puerta de la calle. En la vereda yacía parqueada una verde bicicleta oxidada. Estaba triste y lloraba a piñón y un cuarto. Su dueño la había abandonado ya hace varias lunas. Muchos la habían observado, pero nadie se animaba a adoptarla.

La niña, traviesa como todo infante, inició un diálogo con la cleta mientras trataba de entender el mecanismo de funcionamiento del extraordinario aparato lleno de círculos y metales. Finalmente se animó a dominarla y, aunque su cuerpo era pequeño y casi casi no alcanzaba el volante, sus largas piernas lograron iniciar el pedaleo.

Se creyó pronto una perfecta equilibrista, una maga de la velocidad, una diosa del movimiento… Todo iba perfecto hasta que un haz de luz chocó con ella, haciéndola caer en una voltereta, al enredarse nuevamente sus medias violeta.

Inició una rabieta de guambra malcriada. Lágrimas blancas corrían por sus rosadas mejillas y gritos se ahogaban en una cuchara donde terminaba la calle. Pronto, 5, 8, 13, 20, 26, decenas de niños la rodearon preocupados. Le preguntaban el nombre, pero ella ni hablar podía. Por sus colores, le llamaron Violeta.

Eran niños multisabores: chocolates blancos, negros, amarillos, pintaítos y hasta bicolor. Salieron de algún rincón del cajón de su ‘niño interior’ al estrellarse con la cleta. La colmaron de francas miradas, abrazos de oso y depositaron en su boina negra, toda la fe que le tenían.

Y a pesar de su horrenda pataleta, uno de los pequeños se enamoró profundamente de ella y le regaló una dulce paleta. Después de una lamida, ella le devolvió una sondrisa coqueta.

Se incorporó y limpió la tierra de su vestido cortito y sus largas medias. Y al guardar en su corazón aquel manjar, después de darle un beso se convirtió en orquídea azul y Violeta despegó cual cometa.

2 comentarios:

Desdelpupo dijo...

Y el Señor O2, el real, volará tras la cometa violeta, para abrazarse a su halo de luz, prenderse de sus ojos de capulí y saborear su sondrisa coqueta.

Andrea Yépez dijo...

Como lo prometido es deuda, estuve leyendo tu Blog, hay tantas cosas que me gustan, (como siempre), pero creo que esta continuación de la niña de medias violeta es la que me ha hecho pensar sobre la verdadera esencia Gio..!... mas que un Blog y mas que una historia se convierte en una filosofía, es un Enfoque y una mirada a la vida con: lentes, letras, lápices y cámaras color violeta, ese violeta que refleja una sutil perspectiva, desconocida para muchos, como si se tratara de otro universo, aparecen fábulas de existencia, mingas de sentimientos, mundos internos de secretos inexplorados, todos ellos emergiendo coquetos de entre cajas medio cerradas, como la galleta de avena que sale del frasco, de ese frasco lleno de sentimientos de trova, lleno de confianza en su gente, lleno de cletas amigas, lleno de amuletos energéticos soportando la cotidianidad, lleno resplandor de luciérnagas Cubanas que sobreviven en las noches, lleno de toques de salsa de los que se vuelve casi imposible regresar, es un frasco lleno de cristales y suspiros color violeta en los que como la creadora dice: se busca, se encuentra, se pierde, se ama, se odia, se vive, y se muere, ….Eso es la esencia Gio luciérnaga violeta…!!!