viernes, 29 de agosto de 2008

café

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foto por: luciérnaga


Es hora de tomar un café...
Para abrazar a la nostalgia
en sus absurdas imágenes,
siempre llena de negativos,
blancos y sobretodo negros,
mate de recuerdos.
Celebrar la amistad y
sus inconsistencias,
el amor confuso,
el deseo de eternizar
la mínima chispa de
felicidad o su intento.

Acompañar su aroma
con el humo de un
cigarro que te consume
en las ganas de lo prohibido.
Y fumarlo sin cuernos,
pelos o siquiera fantasmas.

Es hora de tomar café...
para terminar un ciclo,
dar la última vuelta a
la rueda de una serie
de tropiezos, sustos,
gustos
y casi ningún acierto.
Liberar a los que amamos
de nuestras cadenas de yoísmo,
echar un par de lágrimas, mil
disculpas, dos silencios.... siempre,
siempre silencios.
Ahorcar las manías
por un rato prolongado,
sacar el pie derecho del baúl
y empezar a recoger pasos
masacrados o parchados.

Es hora de tomar café...
Por el simple éxtasis de
vivir el vicio envolvente
de su amargura morena,
y la dulzura de su
color asfixiante.
Absorber su vida evaporada
por las narices y sentirte
en un momento traspasado
a extensas llanuras de
negros recolectores.
Detener por una hora el paso
del click-clock... y de a sorbos
sentirte al menos dueño
de un pequeño espacio
reducido al peso de una
taza de café.

2 comentarios:

Joy dijo...

Prefiero el chocolate con leche y queso, mhmm! rico; y luego unas cuantas copas de vino en una mesa redonda y pequeñas sillas con buena compañía y una vela encendida para jugar con la cera en los dedos :P

Andrea Yépez dijo...

Una taza de café, pequeña, pero profunda, una taza de café que crea historias, que hace momentos, que emana vapores que disipan odios y agrandan amores…